04 octubre, 2018

Soneto laboral
















Una doctora llegó a visitarme,
más que doctora, ella es una amiga,
quiso ver si mi trajín me fustiga,
con su presencia logró consolarme.

Lo primero que llegó a preguntarme
fue del trabajo, la enorme fatiga,
pero no la que de noche te abriga,
sino otra, cuando ofrecen llamarme.

Tal llamada vale por un contrato
y dura un día, una semana, un mes.
En cada otoño la espera es de un Beato,
que te proteja para que de una vez,
cuando aceptes un trabajo de un rato,
no seas un pescado, mejor seas un pez.

@Lotarsan

Imagen: Capilla del Hombre



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