Pensándolo bien, ¿por qué le agregamos la palabra “más” si podríamos decir solamente luego? Parecería que el “más” significa que es un poco más tarde que luego, es decir después que luego. Y el diminutivo significa lo contrario, o sea que: “más lueguito”, no es tan tarde como “más luego”, pero sí es, después de luego. Clarísimo ¿verdad? La cosa no termina ahí, la utilización del diminutivo se extiende más allá de la relación temporal y puede además tener connotaciones espaciales. Por ejemplo cuando nos preguntan dónde está tal o cual dirección y está cerca respondemos -“aquisito”. Además el diminutivo es usado de manera cuantitativa. Así que si nos preguntan cuántos libros te compraste de la colección, responderemos, "toditos”-. Esta respuesta asegura que no queda la menor duda que son absolutamente todos.
Así podemos encontrar otras aplicaciones comunes como: - "aladito”-, cuando un lugar es bastante cercano a otro que nos sirve de referencia. Por ejemplo: nos preguntan donde está el ministerio y respondemos: “aquisito nomás, aladito del banco”. Nótese la inclusión de la palabra “nomás” que para la mayoría significaría “basta”, para nosotros en cambio enfatiza la cercanía y lo fácil de la tarea a realizar.
Para finalizar podemos citar el clásico: “no sea malito”. No significa que el sujeto en cuestión sea malo. Esta expresión abre o cierra una oración, que generalmente se trata de un favor o petición, por ejemplo la madre que pide ayuda después de las compras a su hijo: “No seas malito, ayúdame con las fundas” o cuando nos ha tocado hacer un trámite en la burocracia estatal generalmente decimos: “solo su firma me falta, no sea malito”.
Seguirán leyendo el blog, no serán malitos.
P.D. “Seguirán Leyendo” es un ejemplo que abordaremos más lueguito.