10 mayo, 2020

Carta a una madre que ya no está


Querida ma

Este es el segundo día de la madre en que no estás. Te apagaste hace más de un año pero por culpa del océano que nos separa no nos veíamos desde hace siete.

Tus últimos años fueron de enfermedad, poco a poco te olvidaste de todos, imagino que también de mí pero no quiero pensar en eso. Fuiste víctima de una burla cruel del destino: el Alzheimer llegó tu último día de trabajo. Papá tal vez se dio cuenta la noche antes porque volviste extraña, algo intangible había cambiado en tu relato de la jornada, al día siguiente saliste y te perdiste.

Desde ese día la memoria te abandonó y tu vida se volvió un via crucis para los que vivían contigo. Tú, columna central, necesitabas ayuda; tú, balsa en la tempestad, te hundías ante nuestros ojos. Luego de cuatro años la enfermedad te transformó en la sombra de lo que habías sido. Una befa, porque el merecido reposo después de una vida de trabajo nunca llegó.

Te extrañamos demasiado, contigo se fue una parte de nosotros. No me perdono no haber podido volver a verte antes de tu partida. El universo sabe que hice todo lo que pude pero no lo logré y por eso me siento ínfimo, insignificante.

Solo puedo decirte que aquí estamos, que tu ausencia nos destruye pero seguimos de pie. Estarías orgullosa de nosotros. Creciste como columna construyendo a tu alrededor una gran casa y ahora que ya no estás el edificio sigue de pie, los muros se han vuelto de carga y resisten a su vez. Falta la columna central, en su lugar está el espacio que era tuyo y que nada ni nadie llenará. Estamos llenos de tu presencia.

Hemos crecido, llenos de defectos como todo el mundo pero capaces de hacernos cargo de los demás, de los nuestros, de nuestros hijos, de papá que aún te llora, de nosotros mismos. Tal vez, espero, ahora seamos como tú, capaces de avanzar a pesar de las dificultades mirándonos siempre dentro para no olvidar lo que somos y lo que llevamos en nosotros. Humanidad.

Gracias por tu ejemplo y tu presencia. Todo nos ha faltado en la vida excepto tú. Perdóname por lo que no he logrado hacer.

Hasta pronto


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